Oh, Espíritu Santo, Amor del Padre y del Hijo,
inspírame siempre lo que debo pensar,
lo que debo decir, cómo debo decirlo,
lo que debo callar, cómo debo actuar,
lo que debo hacer para gloria de Dios,
bien de las almas y mi propia santificación.
Espíritu Santo, dame agudeza para entender,
capacidad para retener,
método y facultad para aprender,
sutileza para interpretar,
gracia y eficacia al hablar.
Dame acierto al empezar,
dirección al progresar
y perfección al acabar.
Amén.
Jean card. Vernier (1864-1940) – completando una oración de S. Tomás de Aquino