Primera Comunión

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Lecturas

COMUNIONES 2023

Sábado 20 de mayo de 2023

Sábado 27 de mayo de 2023

Emisión en directo comuniones 2021
https://www.youtube.com/channel/UC2AZ6zykTHpQJoKTio23XaQ/live

Canciones

Entrada

Somos ciudadanos de un mundo,
que necesita el vuelo de una paloma,
que necesita corazones abiertos
y está sediento de un agua nueva.

POR ESO ESTAMOS AQUÍ,
CONMIGO PUEDES CONTAR,
Y DEJARÉ MI EQUIPAJE A UN LADO,
PARA TENER BIEN ABIERTAS LAS MANOS,
Y EL CORAZÓN LLENO DE SOL.

Tomado de la Mano con Jesús yo voy,
Le sigo como oveja que encontró el pastor.
Tomado de a mano con Jesús yo voy
a donde Él va.

Si Jesús me dice amigo,
deja todo y ven conmigo
Donde todo es más hermoso y más feliz.
Si Jesús me dice amigo,
deja todo y ven conmigo,
Yo mi mano pondré en la suya
e iré con Él

ALELUYA

aleluya, aleluya, aleluya, aleluya
Junto a Ti, Señor, rezaré,
tu palabra quiero vivir.
Tú me haces sencillo, Señor.
En tus manos me dejaré.

OFERTORIO

El señor nos a reunido junto a el
El señor nos a invitado a estar con el

En su mesa hay amor
La promesa del perdón
y en el vino y pan su corazón (bis)

Cuando, señor, tu voz
llega en silencio a mi
y mis hermanos me hablan de ti
se que a mi lado estas
te sientas junto a mi

Recíbeme con toda la miseria que hay en mí
con todos los deseos de seguir por tu camino.
Iluminar es hoy el reto en la oscuridad
servicio entrega en fidelidad hasta la muerte.
Hoy es tiempo de dar, a manos llenas lo que se me dio.
Brillar hasta consumirse.
Iluminar al mundo en penumbras
hasta que no quede yo sino Tú.
No nos hiciste una lámpara
para ocultarla bajo el celemín
la llama que encendiste en mí,
la ponga yo en lo alto
y que María me ayude a decir Sí.

SANTO

Santo, Santo, Santo, Santo
Santo es el Señor
Llenos están el cielo y tierra de tu amor

Bendito el que viene en el nombre,
El que viene en el nombre del Señor
del Señor

Santo eres , Señor Dios nuestro,
Santo eres Señor, Dios nuestro
rey del cielo y de la tierra,
donde hay vida eterna, pan de salvación
Bendito el que a ti te busca y el que tu palabra escucha,
diciendo tu nombre va sembrando amor SANTO, SANTO, SANTO ES MI DIOS LLENOS ESTÁN DE TU GLORIA (BIS)

PADRENUESTRO

En el mar he oído hoy,
Señor tu voz que me llamó,
Y me pidió que me entregara
A mis hermanos.

Esa voz me transformó
Mi vida entera ella cambió
Y solo pienso ahora señor
En repetirte.

Padre nuestro, en ti creemos,
Padre nuestro, te ofrecemos,
Padre nuestro, en nuestras manos
De hermanos, (bis todo)

Cuando vaya a otro lugar
Tendré, Señor, que abandonar
A mi familia, a mis amigos
Por seguirte.

Pero sé que así algún día
Podré enseñar tu verdad
A mi hermano y, junto a él,
Yo repetirte.

Padre nuestro, en ti creemos,
Padre nuestro, te ofrecemos,
Padre nuestro, en nuestras manos
De hermanos, (bis todo)

Padre Nuestro, Tú que estás
en los que aman la verdad
haz que el Reino que por Ti se dio
llegue pronto a nuestro corazón,
y el amor que tu Hijo nos dejó,
ese amor, esté ya con nosotros.

Y en el pan de la unidad
Cristo danos Tú la paz
y olvídate de nuestro mal
si olvidamos el de los demás.
No permitas que caigamos en tentación,
¡oh Señor!, y ten piedad del mundo.

COMUNIÓN

Jesús, sé que estás ahí en el sagrario,
esperando que alguien te venga a acompañar.

Sin hablar, como en la cruz.
Tus ojos buscan dónde descansar.
Jesús, mírame, estoy junto a Ti.

Aunque sólo soy un niño,
yo lo quiero de verdad
y le canto con los ángeles
a Jesús en el altar.

Aunque sea muy poquito
lo que yo le puedo dar,
a Él le gusta que yo vaya
a buscarlo en el altar.

El Señor Dios nos amó como nadie amó jamás.
Él nos guía como estrella cuando no existe la luz.
Él nos da todo su amor mientras la fracción del pan.
Es el pan de la unidad, el pan de Dios.

Es mi cuerpo: tomad y comed.
Es mi sangre: tomad y bebed.
Pues yo soy la Vida, yo soy el Amor.
Oh, Señor, condúcenos hasta tu amor.

El Señor Dios nos amó como nadie amó jamás.
Sus paisanos le creían hijo de un trabajador.
Como todos, Él también ganó el pan con su sudor,
y conoce la fatiga y el dolor.

El Señor Dios nos amó como nadie amó jamás.
Él reune a los hombres y les da a vivir su amor.
Los cristianos, todos ya, miembros de su cuerpo son,
nadie puede separarlos de su amor.

SALIDA

Señor, toma mi vida nueva
antes de que la espera
desgaste años en mí.
Estoy dispuesto a lo que quieras
no importa lo que sea,
Tú llámame a servir.

Llévame donde los hombres
necesiten tus palabras
necesiten mis ganas de vivir.
Donde falte la esperanza,
donde todo sea triste simplemente
por no saber de Ti.

Te doy mi corazón sincero
para gritar sin miedo
lo hermoso que es tu amor.
Señor tengo alma misionera
condúceme a la tierra
que tenga sed de vos.

Y así en marcha iré cantando
por pueblos predicando
lo grande que es tu amor.
Tendré mis brazos sin cansancio
tu historia entre mis labios
la fuerza en la oración.

Junto a ti María.
como un niño quiero estar,
tómame en tus brazos
guíame en mi caminar.

Quiero que me eduques,
que me enseñes a rezar,
hazme transparente,
lléname de paz.

Madre, Madre
Madre, Madre,
(Bis)

Gracias Madre mía
por llevarnos a Jesús,
haznos más humildes
tan sencillos como Tú.

Gracias Madre mía
por abrir tu corazón,
porque nos congregas
y nos das tu amor.

Madre, Madre
Madre, Madre,

LECTURAS

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (2,42-47):

Todos estaban asombrados a causa de los muchos milagros y señales hechos por medio de los apóstoles. Los que habían creído estaban muy unidos y compartían sus bienes entre sí; vendían sus propiedades, todo lo que tenían, y repartían el dinero según las necesidades de cada uno. Todos los días se reunían en el templo, y partían el pan en las casas y comían juntos con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios y eran estimados por todos, y cada día añadía el Señor a la iglesia a los que iba llamando a la salvación.

Palabra de Dios

Salmo – Sal 23

R/.El Señor es mi Pastor, nada me falta

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
Me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas.
Me guía por senderos justos,
por el honor de su nombre.

Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.

Preparas una mesa ante mí,
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (10,13-16):

En aquel tiempo llevaron unos niños a Jesús, para que los tocara; pero los discípulos reprendían a quienes los llevaban. Jesús, viendo esto, se enojó y les dijo:
–Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos. Os aseguro que el que no acepta el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
Tomó en sus brazos a los niños y los bendijo poniendo las manos sobre ellos.

Palabra del Señor

Caridad en Vacaciones

Fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes
Is 35,3

Nos vamos de vacaciones (si podemos…. y el Covid nos deja tranquilos) pero la caridad viaja con nosotros. Nuestra parroquia ha recibido una petición que para nosotros es pequeña, pero que puede cambiar la vida de una familia.

Cristian Matías es un niño venezolano que vive en Barquisimeto. Nació con hipoplasia postaxial de extremidad inferior derecha. Lleva sus cinco años de vida luchando contra una deformación de sus piernas. Cada seis meses necesita una intervención que le ajuste unas placas de metal que van poco a poco enderezando la pierna.

Sus padres nos han pedido ayuda para poder pagar la próxima operación. El coste es de tan solo mil dólares, algo que aquí en España nos parece poco peor que allí en Venezuela se antoja casi imposible.

¿Te animas a ayudarnos a enderezar lo que está torcido? Puedes colaborar con donativos en efectivo, con transferencias a la cuenta de la parroquia con la referencia «Cristian Camina» o con un Bizum al 00548 que es el nuevo número de la parroquia.

¡Llévate la Caridad de vacaciones!

Jesús les dijo: «Id y anunciad a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan, los pobres escuchan la Buena Noticia de la llegada del Reinado de Dios»
Lc 7,22

Comunión de Cayetana

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Lecturas

Canciones

Entrada

Dios, está aquí
tan cierto como el aire que respiro
tan cierto como la mañana se levanta,
tan cierto que este canto lo puedes oír.

Lo puedes oír,
moviéndose entre las montañas.
Lo puedes oír,
cantando con nosotros aquí.
Lo puedes llevar
cuando por el camino vayas.
Lo puedes guardar,
muy dentro de tu corazón.

Aleluya

Aleluya cantará
quien perdió la esperanza
y la tierra sonreirá
Aleluya

Santo

Santo, santo.
Santo, santo,
santo es el Señor,
llenos están el cielo y tierra de tu amor. (BIS)

Bendito el que viene en el nombre,
el que viene en el nombre del Señor,
del Señor.

Padrenuestro

1. En el mar he oído hoy,
Señor tu voz que me llamó,
Y me pidió que me entregara
A mis hermanos.

Esa voz me transformó
Mi vida entera ella cambió
Y solo pienso ahora señor
En repetirte.

Padre nuestro, en ti creemos,
Padre nuestro, te ofrecemos,
Padre nuestro, en nuestras manos
De hermanos, (bis todo)

2. Cuando vaya a otro lugar
Tendré, Señor, que abandonar
A mi familia, a mis amigos
Por seguirte.

Pero sé que así algún día
Podré enseñar tu verdad
A mi hermano y, junto a él,
Yo repetirte.

Padre nuestro, en ti creemos,
Padre nuestro, te ofrecemos,
Padre nuestro, en nuestras manos
De hermanos, (bis todo)

ES MI CUERPO

1.-El Señor Dios nos amó
como nadie amó jamás.
Él nos guia como estrella
cuando no existe la luz.
Él nos dá todo su amor
mientras la fracción del pan.
Es el pan de la amistad,
el pan de Dios.

Es mi cuerpo tomad y comed,
esta es mi sangre tomad y bebed.
Pues yo soy la vida,
yo soy el amor.
Oh Señor, condúcenos hasta tu amor.

2.-El Señor Dios nos amó
como nadie amó jamás.
Sus paisanos le creian
hijo de un trabajador.
Como todos, El también
ganó el pan con su sudor
y conoce la fatiga y el dolor.

3.-El Señor Dios nos amó
como nadie amó jamás.
El reúne a los hombres
y les da a vivir su amor.
Los cristianos todos ya
miembros de su cuerpo son,
nadie puede separarlos de su amor.

Salida

Salve, Regina, Mater misericordiæ, vita, dulcedo, et spes nostra, salve.

Ad te clamamus exsules filii Hevæ, Ad te suspiramus, gementes et flentes in hac lacrimarum valle.

Eia, ergo, advocata nostra, illos tuos misericordes oculos ad nos converte;
Et Jesum, benedictum fructum ventris tui, nobis post hoc exsilium ostende.
O clemens, O pia, O dulcis Virgo Maria.

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve.
A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora Abogada Nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María.

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (4,33;5,12.27-33;12,2):

En aquellos días, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor y hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo. Los condujeron a presencia del Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó: «¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre.»
Pedro y los apóstoles replicaron: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen.» Esta respuesta los exasperó, y decidieron acabar con ellos. Más tarde, el rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan.

Palabra de Dios

Salmo – Sal 66

R/.Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R/.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R/.

La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe. R/.

Segunda lectura

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (4,7-15):

Este tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros. Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la muerte está actuando en nosotros, y la vida en vosotros. Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: «Creí, por eso hablé», también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con vosotros. Todo es para vuestro bien. Cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento, para gloria de Dios.

Palabra de Dios

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (20,20-28):

En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: «¿Qué deseas?»
Ella contestó: «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.»
Pero Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?»
Contestaron: «Lo somos.»
Él les dijo: «Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre.»
Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos.»

Palabra del Señor

Adoración Eucarística – Sagrado Corazón

”El Corazón de Jesús es el símbolo por excelencia de la misericordia de Dios; pero no es un símbolo imaginario, es un símbolo real, que representa el centro, la fuente de la que ha brotado la salvación para la entera humanidad”. (PAPA FRANCISCO)

La puedes seguir por internet a partir de las 19,00
https://www.youtube.com/channel/UC2AZ6zykTHpQJoKTio23XaQ

El pasado domingo celebrábamos la fiesta del Corpus Christi, el Cuerpo de Cristo que somos todos, el Cuerpo de Cristo que se parte y reparte, que repartimos compartiendo lo que somos.
En 1675, Santa Margarita María de Alacoque tuvo una visión de Jesús que el enseñaba su corazón, envuelto en llamas y le decía “He aquí el corazón que ha amado tanto a los hombres, que no se ha ahorrado nada, hasta extinguirse y consumarse para demostrarles su amor. Y en reconocimiento no recibo de la mayoría sino ingratitud”.
Tener una visión no sólo es algo místico, es también una forma de expresar que te das cuenta de algo, que tu alma percibe una imagen que te hace comprender algo nuevo de Dios. «Mi corazón está tan apasionado de Amor a los hombres que no pudiendo contener en él las llamas de su ardiente caridad es necesario que las derrame»
Un corazón en llamas, coronado de espinas, con una herida abierta de la que brota la sangre y en la que se planta una cruz. Son símbolos que expresan ese lo que Dios nos quiere, como si su corazón se «partiera» de amor por los hombres, se «derritiera» por nosotros, como si estuviera ardiendo de amor.
Lo celebrams después del Corpus para entender que lo central de la presencia de Dios entre nosotros no es que nosotros los tengamos cerca, sino que El se muere por estar cerca de nosotros.

Danos un corazón, grande para amar,
danos un corazón, fuerte para luchar.

1.- Hombres nuevos creadores de la historia,
constructores de nueva humanidad,
hombres nuevos que viven la existencia
como riesgo de un largo caminar.
2.- Hombres nuevos luchando en esperanza,
caminantes sedientos de verdad,
hombres nuevos sin frenos ni cadenas,
hombres libres que exigen libertad.
3.- Hombres nuevos amando sin fronteras,
por encima de razas y lugar,
hombres nuevos al lado de los pobres,
compartiendo con ellos techo y pan.

Sermón 70 A
La lengua del Señor, llama y dice: Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera. Quien no está fatigado, no escuche; quien, en cambio, sienta fatiga, escuche: Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados. Quien no se encuentre cargado, no escuche; pero quien se siente cargado, escuche: Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados. ¿Para qué? Y yo os aliviaré.

Todo el que está fatigado y va cargado, busca alivio, desea el descanso. ¿Y quién no está fatigado en este siglo? Que me digan quién no se fatiga ya en el trabajar, ya en el cavilar. Se fatiga el pobre en sus tareas; se fatiga el rico en sus cavilaciones. El pobre quiere tener lo que no tiene, y se fatiga; el rico teme perder lo que tiene, y queriendo acrecentarlo con lo que no tiene, se fatiga más. Por otra parte, todos llevan sus cargas, cualesquiera pecados, que oprimen la cerviz orgullosa. Con todo, esa cerviz orgullosa se yergue bajo tan gran mole y, aun abrumada de pecados, se infla. Por eso dijo el Señor, ¿qué? Yo os aliviaréTomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí.

Despiértame, Señor, cada mañana
para que aprenda de nuevo a amanecer.
Despiértame, Señor, pon tu mirada en mi corazón
para que en todo hoy te pueda encontrar y alabar.
Despiértamen, despiértame
despiértame, despiértame.

¿Qué, Señor? ¿Qué aprendemos de Ti? Sabemos que eres la Palabra que existía en el principio, y la Palabra de Dios cabe Dios, y la Palabra Dios2. Sabemos que todas las cosas fueron creadas por ti3, las visibles y las invisibles. ¿Qué aprendemos de Ti? ¿A mantener suspendido el cielo, a consolidar la tierra, a extender el mar, a difundir el aire, a llenar todos los elementos con los animales adecuados, a ordenar los siglos, a hacer que trascurra el tiempo? ¿Qué aprendemos de Ti? ¿Acaso quieres que aprendamos las mismas cosas que hiciste en la tierra? ¿Quieres enseñarnos eso? Entonces ¿aprendemos de Ti a limpiar a leprosos, a expulsar demonios, a cortar la fiebre, a mandar al mar y a las olas, a resucitar muertos? Tampoco es eso —dice—. Di, entonces, qué. Que soy manso y humilde de corazón. Se abajó a ser humilde tan gran excelsitud y ¿se estira el hombre? Encógete, redúcete, hombre, a la medida del humilde Cristo, no sea que, al estirarte, te rompas.

Aprended de mí —dijo— no a crear las criaturas; aprended que soy manso y humilde de corazónExistía en el principio: ¿hay algo más excelso? La Palabra se hizo carne1: ¿hay algo más humilde? Manda al mundo: ¿qué hay más excelso? Cuelga de un madero ¿qué hay más humilde? Si él sufre por ti estas cosas, ¿por qué tú aún te yergues, aún te hinchas, fuelle inflado? Dios es humilde, y ¿eres orgulloso tú? Como dijo: Excelso es el Señor y mira las cosas humildes2, quizá digas tú: «A mí no me mira». ¿Qué habrá más desdichado que tú si, en vez de mirarte, te desprecia? La mirada implica compasión, el desprecio desdén. O quizá, como el Señor mira las cosas humildes, piensas que le pasas inadvertido, pues no eres humilde, eres altivo, orgulloso. Aquí no te ocultas a los ojos de Dios. Mira lo que dice allí: Excelso es el Señor. Sin duda es excelso. ¿Buscas escaleras para subir hasta él? Busca el madero de la humildad y ya has llegado. Excelso es el Señor y mira las cosas humildesEn cambio, las elevadas —para que no pienses que pasas inadvertido porque eres orgulloso—: en cambio las elevadas las conoce desde lejos13. Las conoce, pero de lejos. La salvación está lejos de los pecadores14. ¿A las humildes cómo las conoce? De cerca. ¡Maravillosa estrategia del Omnipotente! Es excelso y mira las cosas humildes de cerca; los orgullosos están altos y, sin embargo, el Excelso los conoce de lejos. Cerca está el Señor de los que tienen el corazón contrito, y dará la salvación a los humildes de espíritu15. Por lo tanto, hermanos, que el orgullo no se hinche en vosotros, sino que se pudra. Sentid horror de él, arrojadlo lejos. Cristo busca al cristiano humilde. Cristo está en el cielo, Cristo está con nosotros, Cristo está en los infiernos, no para ser retenido en ellos, sino para abrir sus puertas. De esa categoría es nuestro guía. Está sentado a la diestra del Padre, pero nos recoge de la tierra, a uno de un modo y a otro de otro; al uno con una dádiva, al otro con un castigo; al uno con la alegría, al otro con la tribulación. Recójanos el que recoge16. Recójanos, para que no perezcamos. Recójanos y llévenos al lugar donde no perecemos; llévenos a la región de los vivos17 en la que se reconocen los méritos y la justicia recibe la corona.

Quiero hablar de un amor infinito
Que se vuelve niño, frágil
Amor de hombre humillado
Quiero hablar de un amor apasionado.
Con dolor carga nuestros pecados
Siendo rey se vuelve esclavo
Fuego de amor poderoso
Salvador, humilde, fiel, silencioso.
Amor que abre sus brazos de acogida
Quiero hablar del camino hacia la vida
Corazón paciente amor ardiente
Quiero hablar de aquel que
Vence la muerte.

Quiero hablar de un amor generoso
Que hace y calla amor a todos
Buscándonos todo el tiempo
Esperando la respuesta al encuentro.
Amor que abre sus brazos de acogida
Quiero hablar del camino hacia la vida
Corazón paciente amor ardiente
Quiero hablar de aquel que
Vence la muerte
.
Quiero hablar de un amor diferente
Misterioso inclaudicable
Amor que vence en la cruz
Quiero hablar del corazón de Jesús.
Amor que abre sus brazos de acogida
Quiero hablar del camino hacia la vida
Corazón paciente amor ardiente
Quiero hablar de aquel que
Vence la muerte
.
Amor que abre sus brazos de acogida
Quiero hablar del camino hacia la vida
Corazón paciente amor ardiente
Quiero hablar de aquel que
Vence la muerte.

Quiero hablar de aquel que
Vence a la muerte.

Sermón 142
Pensad en la fragilidad humana, hermanos míos; mientras vivís, corred para vivir; para no moriros de verdad, corred mientras vivís. No se ha de temer la disciplina de Cristo. Mi yugo es suave y mi carga, ligera, grita él en este mismo capítulo que poco antes he tratado —Aprended de mí, porque soy manso y humilde de corazón; pues mi yugo es suave, y mi carga, ligera6—, ¿y tú disertas en contra y dices: «Todavía no quiero ser un fiel, no puedo»? ¿Qué significa «no puedo», sino que el yugo de Cristo es áspero y su carga pesada? ¿Así que tu carne te sugiere la verdad y Cristo miente? Él dice «es suave», y tu frivolidad dice «es áspero»; él dice «es ligera», y tu frivolidad dice «es pesada». Más bien, créele a Cristo que su yugo es suave y su carga ligera. No trepides, con cuello intrépido ponte debajo. Tanto más suave a tu cuello será el yugo, cuanto el cuello mismo sea más fiel.

Por qué tengo miedo si nada es imposible para ti (x4)
Por qué tengo tristeza si nada es imposible para ti (x4)
Nada es imposible para ti, nada es imposible para ti

Por qué tengo dudas si nada es imposible para ti (x4)
Enséñame a amar, por qué nada es imposible para ti (x4)
Nada es imposible para ti, nada es imposible para ti

Tú te hiciste hombre por qué nada es imposible para ti (x4)
Tú venciste la muerte por qué nada es imposible para ti
Tú venciste la muerte por qué nada es imposible para ti
Tú estás entre nosotros por qué nada es imposible para ti
Tú estás entre nosotros por qué nada es imposible para tiNada es imposible para ti, nada es imposible para ti

Por qué tengo miedo si nada es imposible para ti
Por qué tengo miedo si nada es imposible para ti
Nada es imposible para ti, nada es imposible para ti

Sermón 96
Mi yugo es suave y mi carga ligera. La caridad convierte en suave lo que los preceptos tienen de duro. Sabemos qué grandes cosas hace el amor. Con frecuencia este amor es reprobable y lascivo: ¡cuántas calamidades han sufrido los hombres, por cuántas deshonras han tenido que pasar y tolerar para llegar al objeto de su amor! Es igual que se trate de un amante del dinero, es decir, de un avaro; o de un amante de cargos públicos, es decir, de un ambicioso; o de un amante de los cuerpos hermosos, es decir, de un lascivo. Pero ¿quién puede enumerar todos los amores? Considerad, sin embargo, cuánto se fatigan todos los amantes y, no obstante, no sienten la fatiga; y más fatigas asumen cuando alguien les impide sufrir esas mismas fatigas. Si, pues, la mayor parte de los hombres son como son sus amores, de ninguna otra cosa debe uno preocuparse en la vida sino de elegir lo que ha de amar. 

Sermón 344
En esta vida, toda tentación es una lucha entre dos amores: el amor del mundo y el amor de Dios; el que vence de los dos atrae hacia sí, como por gravedad, a su amante. A Dios llegamos con el afecto, no con alas o con los pies. Y, al contrario, nos atan a la tierra los afectos contrarios, no nudos o cadena alguna corporal. Cristo vino a transformar el amor y hacer, de un amante de la tierra, un amante de la vida celestial; por nosotros se hizo hombre quien nos hizo hombres; Dios asumió al hombre para convertir los hombres en dioses. He aquí el combate que tenemos delante: la lucha contra la carne, contra el diablo, contra el mundo. Pero tenemos confianza, puesto que quien concertó el combate es espectador que aporta su ayuda y nos exhorta a que no presumamos de nuestras fuerzas. En efecto, quien presume de ellas, en cuanto hombre que es, presume de las fuerzas de un hombre, y maldito todo el que pone su esperanza en el hombre1Los mártires, inflamados en la llama de este piadoso y santo amor, hicieron arder el heno de su carne con el roble de su mente, pero llegaron íntegros en su espíritu hasta aquel que les había rendido fuego.

Me puede faltar todo en la vida
Me pude faltar hasta la vida
Pero nunca quiero que me falte
El deseo de amarte hasta el final
Hasta la locura te amo, Señor
Ya no quedan dudas en mi corazón
De que te amo (De que te amo)
De que te amo, Señor

Hasta la locura te amo, Señor
Ya no quedan dudas en mi corazón
De que te amo (De que te amo)
De que te amo, Señor

Quiero amarte hasta el extremo
Sin reservas darme por entero
Como los que se han enamorado
Yo te canto, mi amado, hasta el final
Hasta la locura te amo, Señor
Ya no quedan dudas en mi corazón
De que te amo (De que te amo)
De que te amo, Señor

Hasta la locura te amo, Señor
Ya no quedan dudas en mi corazón
De que te amo (De que te amo)
De que te amo, Señor

Domingo de la Trinidad

Tres personas distintas, y un solo Dios verdadero

«El Padre no es el Hijo, y el Hijo no es el Padre, y el Espíritu Santo, llamado Don de Dios, no es ni el Padre ni el Hijo, luego son ciertamente tres … Sin embargo, cuando se nos pregunta qué son estos tres, tenemos que reconocer la indigencia extremada de nuestro lenguaje. Decimos tres personas para no guardar silencio, no para decir lo que es la Trinidad».
(San Agustín, La Trinidad 5, 10)

Hay una leyenda medieval que imagina a San Agustín reflexionando sobre qué es la Trinidad y cómo puede Dios ser Uno y al mismo tiempo ser tres. Es como si en matemáticas escribiéramos «3=1″. Mientras pensaba estas cosas San Agustín se encuentra con un niño que quiere meter en un agujero de la playa todo el mar….»Eso es imposible», le dice San Agustín, y entonces el niño le dice «¿y tu quieres meter a Dios dentro de tu cabeza?»

Dios es demasiado complejo y distinto de nosotros, pero San Agustín no se resignó a no entender a Dios. No podemos comprender cómo se puede ser uno solo y al mismo tiempo ser tres distintos, pero quizás sí podemos contemplarlo y «verlo» aunque no sepamos «describirlo»….por eso dice San Agustín que hay una «indigencia extrema en nuestro lenguaje».

Quizás cuando nos faltan palabras, nos sobran acciones.

Esta imagen de terracota es de sor Caritas Müller, una monja dominica del monasterio de Cazis, en suiza. Es el fruto de sus meditaciones sobre la Trinidad.

Podríamos llamarlo la Trinidad de la Misericordia, porque en el centro está el ser humano, que es frágil y está derribado por el peso de la vida. Alrededor hay tres personas…. Uno le abraza, otro le lava los pies y desde el cielo otro desciende sobre él para darle vida, darle ánimo. Tres gestos de misericordia. Los tres círculos nos hablan de las tres personas, iguales en cuanto círculo, distintas en cuanto a la acción. El Padre abraza y acoge todo lo que es la humanidad, también el dolor y el fracaso; el Hijo lava los pies, unge al hombre en los sacramentos y lo alimenta con su gracia; el Espíritu desciende de los cielos hasta el barro de la tierra, por eso es como una paloma que desciende, como un fuego del cielo que tendría que venir a arrasar la tierra pero viene a inflamar la tierra.

¿Y qué puede traer el Espíritu del cielo? Porque hay muchas cosas que el Hijo puede lavar en nosotros y necesitamos el abrazo del Padre en muchas circunstancias. Cuando nos falta alimento o casa, cuando nos arrastra la ira o el egoísmo, cuando nos invade la soledad,…. Si nos fijamos atentamente todas estas enfermedades son síntomas de una enfermedad originaria: la falta de unión. Si hay amistad, amor, compañía,… el hambre o la desnudez no tienen fuerza, la soledad se disipa. Usamos una palabra: Comunión, que no sólo habla de «comulgar el cuerpo de Cristo» sino que se refiere a vivir en esa unión común que es el cuerpo de Cristo.

Así que son tres personas, o mejor tres acciones, el Hijo te da su gracia y su atención, el Padre su abrazo y su amor, el Espíritu te entrega la fuerza de los cielos, la comunión. Y si nos fijamos en la escultura nos daremos cuenta de que también al hombre le surge un círculo como el de Dios.

Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el Amor del Padre y la Comunión del Espíritu Santo esté hoy con todos nosotros….(2Cor 13,13)
(¿te has fijado que la cita se parece mucho a 1 Cor 13,13?…¡qué fácil de recordar!)